Foto: Anadolu
“Hola. Mi nombre artístico es Yolis Montañez, tengo treinta años, y me dedico a ser diseñadora de modas”.
Así se presenta Yolanda Montañez, una joven bogotana que con apenas 20 días de nacida broncoaspiró un tetero, lo que bloqueó el flujo de oxígeno hacia su cerebro y le causó una compleja parálisis cerebral.
Yolis tiene cuadriplejia espástica, la forma más grave de parálisis cerebral, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos (Ninds, por sus siglas en inglés) .
Tatiana Suárez, su hermana y cuidadora, o ‘hermanager’ (como le dice Yolis), explica que solo tiene movilidad con la mano izquierda, que es con la que diseña. No se puede bañar sola o caminar, por ejemplo.
Sin embargo, esto no ha sido un obstáculo para ella, que con 30 años y en su silla de ruedas, ha logrado abrirse un espacio en el mundo de la moda, y hasta un reconocimiento, pues ya ha presentado sus diseños en tres pasarelas del país.
Yolis asegura que desde pequeña tenía claro lo que deseaba ser: “Quería ser modelo. Pero Diosito me envió en este camino de la moda, de poder vestir niñas y mujeres”. La diseñadora bogotana habló con la Agencia Anadolu desde su casa en el barrio San Martín de Loba, en la localidad de San Cristóbal, al suroriente de Bogotá.
Su relación con el mundo de la moda inició desde cuando tenía nueve años. Cuenta que desde pequeña le encantaba vestir diferente: “yo dibujaba mi ropa, así toda loca (risas), eso me gustó, y poco a poco fui viendo ese talento que yo no sabía que tenía”.
Lo primero que diseñó fue una camisa y le pedía a su mamá que la buscara en cada tienda del barrio. Pero obviamente, todos le decían que no había la prenda. “¿Y cómo la iba a conseguir si es un diseño mío? (risas) Entonces decidí comenzar con esto. Y me encanta. Y más que eso, me di cuenta de que a través de la moda puedo enviarle mensajes a la gente”.
Hace unos años, cuenta, observaba a sus hermanas y pensaba: “Ay, yo quiero ser ellas, quiero caminar”. No se sentía cómoda de ser como era, “y por estar mirando la luz de mis hermanas, yo no miraba mi propia luz”, agrega.
En aquel momento comenzó a “mirar todo lo que Dios” le había enviado, cómo ella es y ese “bonito talento”. “Las niñas dicen: ay, yo quiero tener ese cuerpo, yo quiero ser ellas, pero nunca se dan cuenta que somos maravillosas y que podemos lograr todo lo que nos proponemos”.
Yolis no ha podido estudiar porque no ha recibido apoyo y dadas sus limitaciones de movilidad, no ha podido cursar estudios en algún colegio, universidad o instituto. Cuando tiene la oportunidad, la invitan a eventos de pasarela. Eventualmente encuentra personas que le ayudan para conseguir patrocinadores para poder comprar sus insumos, sus telas y mandar a confeccionar.
Menciona a un abogado, César Romero, al gerente general del centro comercial GranSan, Yansen Estupiñán y a la también diseñadora Maleja Rodríguez de la ciudad de Palmira. Dice que han sido un gran apoyo en su carrera.
Así se las ha arreglado para poder participar en las tres pasarelas en las que ha estado. La primera fue en Palmira en noviembre de 2017 y se llamaba ‘Un día de moda’. La segunda fue en Bogotá – aunque prefiere no hablar mucho de esta porque, afirma, una reconocida modelo se aprovechó de su situación y la hizo sentir mal. Y la tercera, ‘Jeunesse’, juventud en francés, también en Bogotá en agosto de 2019. Anadolu