Dembélé deja al Barcelona a un punto del liderato

Foto: EFE
Foto: EFE

Un gol de Ousmane Dembélé, en el minuto 90, deshizo el embrollo en el que se metió el Barcelona ante el Valladolid y consiguió una victoria que sitúa al equipo de Ronald Koeman a un solo punto del Atlético de Madrid, que es el líder de La Liga.

Fue un triunfo agónico frente a un rival que jugó desde el minuto 79 con diez futbolistas por la expulsión de Plano, pero más allá de eso refuerza la moral de los azulgrana, que necesitaban ganar, pero no jugaron bien frente a un rival con oficio, que resistió hasta que Dembélé cazó un balón y empalmó a la red cuando el partido moría.

Pero no fue fácil. Al equipo de Koeman se le atragantó el planteamiento de Sergio González. No pudo el Barça desplegarse por las bandas, no dominó el juego, no encontró espacios y no salió del embudo que le plantearon los vallisoletanos.

El Valladolid enredó al Barça en la telaraña central y los azulgrana no tenían espacios y regalaron 45 minutos al rival. Dembélé no era diferencial y por las bandas ni Dest ni Alba podían proyectarse.

Le puede interesar: Pese al gol de James, Everton no pudo sostener la victoria

En la primera Messi se encontró con el cuerpo de un defensa tras la dejada del francés (min. 40), en la segunda, Pedri remató al poste de la meta de Masip (min. 46), en la mejor ocasión de los azulgrana durante el primer tiempo.

Reaccionó Koeman y jugó de inicio su equipo en la segunda parte con un 4-3-3, en lugar del 3-4-3 del inicio y todo fluyó más. Recuperaba el Barça más rápido, llegaba más fácil y el Valladolid ya no parecía tener tantos recursos para plantar cara, hasta que Lucas Olaza remató al lateral de la red y se abrió la caja de los truenos (min. 57).

El asedio azulgrana fue en aumento en el último cuarto de hora del partido. A diez del final, el Valladolid se quedó con diez por la expulsión de Óscar Plano y el partido fue un monólogo del Barcelona hasta el final.

En el 90, Dembélé salvó a su equipo. Cazó un balón que tocó Araujo y empalmó al palo corto de Masip. Era el 1-0, la victoria, el liderato a un punto, un triunfo para soñar y seguir esperando emociones fuertes de un equipo que parecía desquiciado y que ahora depende de sí mismo para conseguir el doblete. EFE