El Colegio Benalcázar en Quito, habilitado como sede electoral en la jornada de presidenciales en Colombia, acogió a numerosos votantes colombianos que desde primera hora de la mañana acudieron a sufragar, algunos ataviados con camisetas de su selección y sombreros vueltiaos.
El recinto electoral se instaló desde las ocho de la mañana y permanecerá abierto hasta las cuatro de la tarde hora local, después de que durante la semana la sede del Consulado General albergara las votaciones.
“Tenemos 20 mesas abiertas, en cada mesa están habilitados para votar 500 personas”, dijo a Efe la cónsul general de Colombia en Quito, Isaura Duarte.
El voto es opcional en Colombia pero muchos creen que vale la pena acudir a las urnas, como es el caso de Gladys Barbosa, una colombiana residente desde hace 8 años en Ecuador, para quien “hay que votar para que haya un mejor presidente, uno tiene que ser ciudadano y votar por su país”.
Las elecciones de las que saldrá el sucesor del actual presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se definen entre el candidato a la Presidencia de Colombia, Iván Duque, y su rival Gustavo Petro.
Lady Muñoz, acudió a las urnas en compañía de su madre, y considera que la cantidad de colombianos que residen en Ecuador -se estima que unos 350.000, de los que más de 30.200 se registraron para poder ejercer su derecho-, es un número significativo en las urnas y confía en que la mayoría acuda a las mesas.
“Debemos hacerlo por el país, por nosotros mismos y por todo lo que generamos en Colombia“, agregó Muñoz.
La cita con las urnas también dio pie al negocio a las puertas de la sede electoral, donde un grupo de vendedores colombianos ofrecían los más variados postres típicos de su país, sombreros vueltiaos o camisetas de la selección colombiana, aprovechando su esperada participación en el Mundial, además de todo tipo de artesanías.
Santo Reina llegó a vender natillas bayona y natillas Santa Barreña con dulce de mora a sus compatriotas en la jornada electoral.
“Los vendedores en las votaciones siempre quedamos retirados de las mesas por seguridad, pero en ventas nos ha ido muy bien”, comentó el improvisado comerciante mientras acomoda su pequeño puesto de postres.
Antes de instalar su puesto depositó su papeleta en la urna correspondiente y aseguró: “El voto es un derecho, nos pertenece, no hacerlo sería como renunciar a algo que uno puede hacer por los demás”.
Diana Laguna, una joven que lleva 10 años residiendo en Ecuador dijo que esta es la segunda ocasión en la que sale a vender artesanías colombianas y no quiso desaprovechar hoy la ocasión.
“Vendí hace cuatro años y hoy me va muy bien, la gente se emociona mucho al ver las cosas de su país”, aseguró.
En el país se habilitaron un total de siete puestos de votación en las regiones con mayor población colombiana, siendo Quito la circunscripción con mayor cantidad de inscritos, 13.086.
“La afluencia de las personas en esta segunda cita electoral se ha reducido en comparación con la primera”, comentó el representante de la Misión de Observación Electoral, Byron Fonseca.
El observador subrayó que el proceso se vive con absoluta normalidad y no se han reportado incidencias.
“Al iniciar nos han mostrado que las cajas donde se depositan los votos están vacías, me alegra que todo este proceso se esté desarrollando de forma tranquila”, agregó.
Reinaldo García, un votante colombiano que lleva viviendo en Quito desde hace 42 años, cree que el hecho de que las personas no acudan en masa a las urnas también forma parte de la democracia.
“Yo vine solo a votar, toda mi familia puede hacerlo pero creo que es un sentimiento personal, nadie te puede exigir. Yo lo hago porque Colombia necesita del voto de los que estamos en el exterior”, comentó. Efe