El día después del funeral de Estado y de recuperar el último cuerpo de las 43 víctimas del derrumbe de un puente en Génova, la ciudad italiana empieza a preparar el lento camino para recuperar la viabilidad urbana y dar una vivienda a las cerca 600 personas que la han perdido para siempre.
Los equipos de bomberos dieron por finalizado su trabajo en la búsqueda de vehículos atrapados entre las toneladas de cemento del viaducto y ahora el área tendrá que ser liberada de todos los escombros ya que están deteniendo el curso del río Polcevera.
Todo este material será sometido a la inspección de la magistratura que está conduciendo la investigación, ya que esta pericia será indispensable para saber las causas del derrumbe.
También hoy algunos miembros de la comisión investigadora del Ministerio de Infraestructuras comenzaron su inspección en el lugar del derrumbe.
El fiscal jefe de Génova, Francesco Cozzi, aunque no quiso hablar del caso, expresó su dificultad “a la hora de aceptar la idea de que el tema de la seguridad de las carreteras pueda estar en manos de privados”, en una entrevista publicada en el diario Corriere della Sera.
Un mensaje al Gobierno italiano que ha dado toda la responsabilidad del derrumbe a la concesionaria Autostrade per L’Italia, encargada del mantenimiento de esa autopista. Efe