CRÓNICA: Rastafari panameño ayuda a niños autistas a encontrarse con el mar

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Cada verano las playas del Pacífico son visitadas para practicar surf, un deporte muy popular entre jóvenes, uno de ellos el rastafari Gilberto de Gracia, a quien su pasión lo llevo mas allá, ahora se dedica a que niños autistas y ciegos aprendan a montar las olas, a cambio, él obtiene una sonrisa.

Con 42 años, más de la mitad de ellos recorriendo el mundo, este panameño envuelto entre los colores y cultura “rastafari” afirma que el gran océano le da oportunidades a estas personas que padecen esta condición, los hace libre y los ayuda.

“Los niños autistas muchas veces no tienen oportunidades de una sonrisa, con lo que les enseño como instructor se puedan encontrar con la naturaleza y tener un momento de esparcimiento, y de poder ser felices al momento de que están tomando una ola sin limites”, dijo a Efe De Gracia mientras trabajaba en una escultura tallada, con cuya venta sustenta sus necesidades.

De Gracia declara que levantar el animo a jóvenes con discapacidades a través del surf es una terapia que también ayuda a los padres, dado que ven que sus hijos son capaces de lograr lo que quieren.

“Esta labor de enseñar a niños que siempre están en hospitales, por alguna razón los estimula para que sigan luchando y trabajando desde las playas”, manifiesta el rastafari.

Sostiene que este “proyecto de vida” es impartido de forma gratis a niños autistas y ciegos, y que otros surfistas se han involucrado en el servicio social, dado que es un retorno de lo que le da la vida a ellos.

Ahora espera con ansias finalizar el año para ir a playas de la costa Pacífica panameña como las del Palmar, Santa Catalina y Venao, todas conocidas por estar en los ránking de mejores olas de Centroamérica, que atraen a su vez turistas y deportistas elite de todo el mundo.

“Solo utilizo mi arte y lo que me rodea para dar rienda suelta a mi imaginación, desde crear figuras artesanales con influencia de países que he visitado, hasta explotar este sentimiento por el mar y compartirlo con los niños”, menciona.Efe