El XXIV Festival Internacional de Ballet de Miami presenta a partir de este sábado espectáculos con bailarines de una quincena de compañías de Europa, América Latina y Estados Unidos, además de funciones a cielo abierto en dos barrios de la ciudad.
El bailarín y coreógrafo de origen colombiano Eriberto Jiménez, director del Festival, dijo a Efe que las dos funciones al aire libre son de danza contemporánea y no de clásica, y han sido programadas para captar la atención de un público más amplio.
“Hace tiempo queríamos cambiar el formato que teníamos y mostrar en los dos lugares lo que estamos haciendo”, apunta Jiménez sobre ambas funciones, que se presentarán de manera simultánea en la calle Lincoln Road de Miami Beach y en el barrio artístico de Wynwood (lleno de grandes y coloridos murales).
La vigésimo cuarta entrega del festival, que además de Miami-Dade llega al vecino condado de Broward, en Florida, alza el telón este sábado con la presentación del cartel oficial, creado por el pintor miamense Alexander Mijares y cuyo título es “Goodbye Until Then”, que muestra a una bailarina con tutú vista en un plano cenital.
También en la jornada inaugural se desvelará la estatuilla del premio “Una Vida por la Danza”, a cargo del artista mexicano David Camorlinga, y se inaugurará la exposición “Danseurs”, de la escultora colombiana Liliana Méndez, así como una muestra de la colección “Precisión”, del fotógrafo mexicano Luis Arturo Chacón.
Jiménez confirmó la presencia, en total, de un centenar de bailarines de Lyrics Dance Company (Italia), Nós da Dança (Brasil), el Ballet Nacional Dominicano, el Ballet de Octavio de la Roza, un argentino que bailó con Maurice Béjart y cuya compañía llega a Miami desde Suiza, y el ZEST Collective, de Nueva York, todos estos en la línea contemporánea.
Para las dos galas de danza clásica, el director del Festival enumeró a la compañía chilena Ballet de Santiago, la del Teatro Municipal de Río de Janeiro (Brasil) y a las mexicanas Compañía Nacional de Danza y el Balletde Monterrey. EFE