Foto: Anadolu
Las recientes protestas al interior de varias universidades en Bogotá tendrían una motivación particular: los presuntos malos manejos de recursos al interior de las instituciones.
El caso de la Universidad Distrital es el más crítico, puesto que allí el principal salpicado es el exdirector de extensión Wilman Muñoz quien está en el ojo del huracán hace meses, debido a que entre 2012 y 2019 habría desviado casi 11.000 millones de pesos para su beneficio personal por medio de cheques y una tarjeta de crédito de la universidad, por lo que actualmente enfrenta un proceso ante la Procuraduría.
Según las investigaciones, Muñoz gastó miles de millones de pesos en lujos personales, incluso con la plata de uso académico habría pagado hasta su servicio de Netflix, también costeado cenas y visitas a lugares exclusivos de la ciudad y viajes a nivel nacional e internacional.
Muñoz en sus declaraciones ante el ente de control, involucró al actual rector de la universidad, Ricardo García, afirmando que con el dinero que se habría desviado también se pagaron votos para comprar su llegada a la dirección de la institución.
Sin embargo, el funcionario desestimó por completo los señalamientos diciendo que se trata de una campaña de desprestigio en su contra por atreverse a denunciar dichas irregularidades.