Armando Benedetti, el funcionario incómodo y cuestionado en el Gobierno de Petro

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La vicepresidenta Francia Márquez, en el consejo de ministros transmitido al país por televisión y redes sociales criticó la presencia de Benedetti.

La crisis en el gabinete del presidente Gustavo Petro, tiene como protagonista al nuevo jefe de Despacho Presidencial, Armando Benedetti, un veterano político que fue crucial en la campaña electoral de 2022 y que en el Gobierno se ha convertido en un funcionario incómodo y muy cuestionado.

El dedo en la llaga lo puso la vicepresidenta y ministra de la Igualdad, Francia Márquez, quien en un consejo de ministros transmitido al país por televisión y redes sociales criticó la presencia de Benedetti otra vez en el Gobierno por los casos de corrupción con los que se le vincula.

“No me parece, y respeto a Benedetti, pero no comparto su decisión; la respeto porque usted es el jefe de Estado y es el presidente, pero no comparto su decisión de traer a este Gobierno a esas personas que sabemos que tienen gran parte de responsabilidad con lo que está pasando”, expresó Márquez.

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Benedetti es oriundo de Barranquilla, capital del departamento caribeño del Atlántico, un rasgo que Petro ha destacado para justificar sus constantes entradas y salida del Gobierno pese a las polémicas y denuncias de corrupción que lo salpican.

“No es lo mismo un cachaco (del interior) haciendo política que un costeño haciendo política”, dijo Petro ante las primeras críticas de anoche a su funcionario, de quien dijo además entre risas: “La única razón por la que Benedetti está al lado mío es porque sí, tiene una especie de virtud, de ser loco (…) la locura puede hacer revoluciones”.

Político tradicional

Sin embargo Armando Benedetti dista mucho del papel revolucionario que Petro le quiere atribuir, pues a lo largo de su vida pública se ha caracterizado por estar siempre del lado del poder desde 1994 cuando dejó su carrera como reportero de televisión.

Entró a la política por el Partido Liberal, con el que fue concejal de Bogotá y representante a la Cámara. En 2005 se unió al recién creado Partido de la U, con el que fue elegido senador desde 2006 hasta 2022.

En el Congreso apoyó a los presidentes Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, hasta que en 2022 se alineó con el petrismo.

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Petro recompensó su apoyo electoral en la costa Caribe con su nombramiento como embajador en Venezuela, cargo del que tuvo que renunciar en junio de 2023 por un enfrentamiento con la entonces jefa de gabinete, Laura Sarabia, actual canciller, y también blanco de críticas en la reunión ministerial del martes.

En unos audios revelados en la época por la revista Semana, Benedetti reclamó a Sarabia mejor trato del Gobierno alegando que él gestionó 15.000 millones de pesos para la campaña de Petro y amenazó, con las expresiones vulgares que lo caracterizan, con hundirlos a todos si contaba quiénes la financiaron en la costa Caribe.

Su jefe de la época, el entonces canciller Álvaro Leyva, restó importancia a sus amenazas argumentando que a Benedetti no se le puede creer nada porque “él mismo dice ‘yo soy un drogadicto'”, algo que el propio político confirmó este año cuando abandonó también la embajada ante la FAO en Roma, otro cargo que Petro le dio en 2024.

Segundas oportunidades

Ante las críticas de ayer por nombrar a Benedetti jefe de Despacho Presidencial, Petro respondió que a la gente hay que darle “una segunda oportunidad”.

“Nosotros somos así, no somos igual que otros de la izquierda (…) Si nosotros negamos la segunda oportunidad, terminamos fusilando a nuestros compañeros y compañeras”, dijo el mandatario en respuesta a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, que también criticó, “como feminista y como mujer”, su presencia en la reunión del gabinete.

Benedetti protagonizó un escándalo de violencia machista en julio pasado cuando, siendo embajador ante la FAO, su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció por agresiones físicas durante un viaje a Madrid.

El regreso de Benedetti al Gobierno también fue rechazado por los directores del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Alexander López Maya, y del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar.

Sin embargo, la defensa incondicional de Petro lo llevó a comparar ayer a Benedetti con Jaime Bateman, fundador de la guerrilla del M-19, en la que militó en su juventud, lo que lejos de aplacar las críticas, provocó más malestar.

“Benedetti tiene un toque de Jaime Bateman que es la magia”, dijo Petro ante lo cual el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez, que también integró el M-19 le respondió: “No aceptó que se compare al señor Benedetti con Jaime Bateman”, en un tono inusual para dirigirse al presidente.

EFE