Bélgica endureció este miércoles las medidas para frenar una cuarta ola de covid-19, con la vuelta al teletrabajo obligatorio cuatro días a la semana y la reintroducción del uso generalizado de las mascarillas, pero evitó cerrar sectores o confinar a colectivos concretos como han hecho otros países europeos.
Las autoridades federales belgas confirmaron además que se administrará una dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19 a toda la población, aunque la fecha a partir de la cual estará disponible se determinará en las próximas semanas.
“La filosofía es mantener la apertura, pero con medidas de seguridad reforzadas”, dijo el primer ministro belga, Alexander de Croo, en una rueda prensa.
“Las decisiones no han sido fáciles de tomar, es decepcionante tener que adoptar medidas de nuevo, pero lo que hemos decidido es un mínimo”, añadió el ministro de Sanidad, Frank Vandenbroucke, quien insistió en que el país vive “una explosión” de infecciones y que “incluso personas vacunadas acaban en el hospital”.
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El comité de concertación que decide sobre la gestión de la pandemia en Bélgica adelantó a este miércoles su reunión, prevista inicialmente para el viernes, ante el empeoramiento de todos los indicadores.
Entre el 7 y el 13 de noviembre se detectó una media de 10.283 nuevos contagios al día, lo que supone un aumento del 27% respecto a la semana anterior, mientras que los fallecimientos se incrementaron en un 11 %, hasta los 25,6 de media, según las cifras del Instituto de Salud Pública Sciensano actualizadas hoy.
A partir del 20 de noviembre y hasta el 13 de diciembre, el teletrabajo volverá a ser obligatorio durante cuatro días a la semana, mientras que desde el 13 de diciembre en adelante se podrá acudir a la oficina dos días a la semana.
Esto debería permitir descongestionar el transporte público y evitar contagios, indicó el Gobierno.
La otra medida principal es la ampliación del uso de la mascarilla, que pasará a ser obligatoria en el interior de los establecimientos o lugares de ocio aún cuando para entrar se haya solicitado el certificado covid, que prueba que una persona está vacunada, ha dado negativo en un test PCR en las últimas 48 horas o pasado la enfermedad.
La medida afectará a restaurantes, cines, museos, salas de conciertos, teatros u otros establecimientos culturales, así como a los eventos públicos o privados cuando superen las 50 personas en interior o las 100 en exterior, umbrales que también se han rebajado.
El uso de mascarilla combinado con el certificado covid será asimismo de aplicación en las discotecas o salas de baile, pero en este caso se deja la opción a los organizadores de evitar el uso de mascarilla en interior si, además del certificado, los asistentes se someten a un test de covid justo antes de entrar al local.
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Por otra parte, se rebaja de 12 a 10 años la edad a partir de la cual se exige llevar mascarilla en interior, si bien se deja margen a las autoridades regionales y locales para decidir cómo actuar en las escuelas. Efe