Fútbol, música, fuegos artificiales y Andrés Iniesta, que ante la Real Sociedad jugó su último partido con la zamarra azulgrana, fueron los protagonistas en la fiesta para celebrar el doblete del equipo azulgrana y despedir a una de las leyendas del Camp Nou.
El calendario quiso que la última noche de Andrés Iniesta en el césped del Camp Nou coincidiera en 20 de mayo, fecha en la que el Barcelona conquistó en el año 1992 la primera Copa de Europa de su historia.
Veintiséis años después los aficionados azulgrana volvieron a asistir a otra fiesta histórica. Esta vez no fue para levantar el título de la máxima competición europea, sino para despedir a un emblema de la entidad que, tras dieciséis temporadas en el primer equipo, hace las maletas para probar suerte, con toda probabilidad, en el fútbol asiático.
No fue un partido más en el estadio azulgrana, que se vistió de gala para disfrutar de los últimos minutos de una de sus leyendas. Como las grandes ocasiones, los aficionados aprovecharon los prolegómenos del partido liguero contra la Real Sociedad, que ganó el conjunto azulgrana por 1-0, para mostrar un inmenso mosaico, reporta Efe.
Todos los asistentes que llenaban las butacas del estadio mostraron las cartulinas que, unidas, formaron el mensaje “infinit Iniesta” (“infinito Iniesta“) sobre un fondo azulgrana en uno de los laterales, un ocho invertido en los dos goles y los colores de la bandera catalana en la zona de tribuna.