Las maletas siguen hechas

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Por Víctor Manuel Salcedo
Representante a la Cámara por el Partido de la U

La crisis de las aerolíneas remite a indagar sobre los factores que la provocan. Aspectos como el  incremento al precio de la gasolina, pasar el IVA del 5 al 19%, el proceso de recuperación después del impacto de la pandemia al no contar con pasajeros, entre otros, condujeron a un contexto poco favorable para la operación del negocio *low cost* dentro de la industria aérea nacional.

Semana Santa fue la prueba de fuego, toda vez que la demanda de servicios aéreos aumentó y la cadena productiva de turismo se mostró sensible ante los efectos de la salida de dos de las aerolíneas que operaban en el país.

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Según cifras de la Aeronáutica Civil durante la semana mayor se movilizaron vía aérea 961.895 pasajeros, evidenciando un aumento del 4.95% respecto al total registrado en el mismo periodo de 2022.

Ahora bien, frente al caso de la Isla de San Andrés, según cifras de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia – COTELCO – durante los días de Semana Santa se perdieron 60.000 millones de pesos en turismo y solo hubo una ocupación hotelera inferior al 30 %, al comparar la cifra, la preocupación es mayor, pues en años anteriores se reportaba la llegada de 62 mil pasajeros mientras que este año fueron solo 17 mil.

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El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina es el departamento colombiano más dependiente del turismo y el comercio según lo revela el estudio “El mercado de trabajo en San Andrés Isla: una mirada desde el turismo”, de la Red Ormet (Red de Observatorios Regionales del Mercado de Trabajo). El mismo estudio también indica que cerca de la mitad de la población ocupada de la isla tiene un trabajo informal. Sin embargo, la crisis afectó a la totalidad de las regiones, entre estos a los vallecaucanos de donde saldrían 11.900 pasajeros hacia la Costa Atlántica, Bogotá y Medellín; de los 369 mil pasajeros afectados en total y que incluso a la fecha no se les ha definido su suerte.

En medio de esta incertidumbre y en donde los grandes aerolíneas las absorben abusando de su posición dominante, vale la pena insistir en contar en el mercado, con aerolíneas de bajo costo en beneficio de los colombianos; y en paralelo continuar con el apoyo de la Superintendencia de Sociedades, Transporte y Aerocivil para que prioricen los derechos de los pasajeros de los cuales miles continúan con sus maletas hechas, sin conocer cuál sea el final real de sus planes en los que invirtieron seguramente los ahorros de la familia y mucha ilusión.