Columna de opinión: No se quieren ir, ¿Cuál es el miedo?

freddy serrano diaz 2023 cablenoticias

La reelección indefinida de políticos y funcionarios se ha vuelto común en varios países de América Latina.

La posibilidad que un político o funcionario pueda ser reelegido para ocupar el mismo cargo sin límites de tiempo o número de mandatos, se ha vuelto costumbre en muchos rincones de América Latina, sin importar ideologías, mandatarios atornillados se niegan a opciones de renovación o reemplazo.

Todo indica que temen dejar el poder por la creencia según la cual, sin cargo pierden influencia, serán objeto de crítica por sus acciones y afrontarán la incertidumbre sobre su futuro al no saber qué hacer después de dejar una dignidad.

Cuando termina un periodo de gobierno se pierden beneficios y privilegios, acaba también la zalamería del adulador que con el fin de obtener beneficios, aplaude lo que sea; termina una etapa donde los oponentes hablan mal del que se va… ellos también un día se irán.

Con argumentos siempre indefendibles, buenos o malos, en el ocaso de cualquier gobierno se auspicia la concentración de poder en manos de un solo individuo o grupo, estancan la toma de decisiones, motivan el abuso y autoritarismo, en fin, todo se traduce en acciones de personajes que sienten: “no debo rendirle cuentas a nadie, estoy aquí por que el pueblo lo dice”.

Nada más anti democrático que la ausencia de reconocimiento a la sucesión del mando, no es asunto de pujas entre héroes o villanos, la erosión de las instituciones y la concentración del poder, desgasta cualquier sociedad. Limitar mandatos fomenta la renovación política y por ende la participación, garantiza que los líderes actúen en interés de la sociedad y no en su propio beneficio luego, mantener su estatus, influencia y beneficios económicos, es algo que pueden encontrar en otra actividad distinta a la política.

A muchos nos motiva la idea de dejar un legado duradero y ser reconocidos por logros y contribuciones a la sociedad, así mismo nos agovia el miedo a perder influencia, incluso nos arrincona el pánico a la crítica y el escrutinio, sin embargo es el propio límite el que define cuando es momento de tener retiradas decorosas y necesarias.

“Que les vaya bien, dejen el miedo, tal vez en el futuro no encuentren siniestros oponentes al mando como los de hoy”.

Por: Freddy Serrano Díaz
Estratega Político