Lamentablemente, la mayoría de buenos candidatos no son efectivos para administrar y suelen hacer promesas atractivas para ganar votos.
Algunos líderes están “siempre listos” para hacer campaña, no así para gobernar. Sus indescifrables administraciones plagadas de ego, vanidad, coba, adulación, soberbia, sobresaturación de discurso, indecisión y ausencia de sentido común, los lleva a “fracasar con todo éxito”.
Lamentablemente, la mayoría de buenos candidatos no son efectivos para administrar. Suelen hacer promesas atractivas para ganar votos, pero al asumir un cargo, se enfrentan a la realidad política y económica, limitando la capacidad para cumplir sus promesas.
Han dedicado una vida a enamorar gente, seducir electores, pero su falta de experiencia y habilidades, los convierte en débiles para tomar decisiones o gestionar asuntos del estado.
Por lo general, todo el que participa en democracia asume compromisos con grupos económicos o políticos. Esto puede condicionar decisiones al asumir un cargo y contrastar con la limitación institucional. Muy tarde se enteran de que todo tiene trabas burocráticas, legales o constitucionales, siempre habrá complicaciones para solucionar inconvenientes.
Como si fuera poco, los candidatos que llegan al poder pueden verse envueltos en prácticas corruptas o ser influenciados por intereses personales. Luego ojalá entiendan, desde novatos, que la efectividad de un gobernante depende de factores más allá de su buena voluntad o capacidad personal.
El reto de gobernar con éxito demanda una comprensión profunda de los problemas y soluciones innovadoras, buenos inventarios de los recursos financieros, humanos y tecnológicos; equilibrio en los intereses de todos, incluso los adversarios; adaptabilidad, flexibilidad y, por supuesto, un relato que atienda la expectativa de las mayorías.
Siempre que se advierte lo aquí señalado, surge un inevitable: “Yo no, esos son los demás”, cuan bondadoso sería todo si se prepararan para administrar y se acompañaran de profesionales mejores que ellos.
Por Freddy Serrano Díaz
Estratega Político