El caudaloso río Cauca, segundo en importancia de Colombia, se muere literalmente de sed por el cierre de una compuerta en la hidroeléctrica en construcción de Ituango, en el departamento de Antioquia, que redujo su lecho aguas abajo de la presa a un valle de piedras y arena en el que los peces agonizan por montones.
El desastre medioambiental y ecológico tiene además un impacto negativo en la economía de miles de ribereños que obtienen su sustento de la pesca y que ahora miran desconsolados el paisaje desolador del río Cauca, que en algunos puntos se puede atravesar a pie.
La dramática situación tiene en vilo a poblaciones como Puerto Valdivia y Puerto Antioquia, así como de los municipios Cáceres y Tarazá, situados a orillas del Cauca, y en alerta a las autoridades ambientales, que trabajan para evitar una catástrofe mayor.
“Nunca antes tuvimos niveles tan bajos en el río Cauca”, dijo el ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, tras culminar el miércoles un sobrevuelo por la región.
El río Cauca nace en el Macizo Colombiano, en el suroeste del país, y atraviesa en dirección norte 180 municipios de siete departamentos hasta desembocar en el Magdalena, la principal arteria fluvial del país.
Según informaron hoy las autoridades que atienden la emergencia, con unas 700 personas dedicadas a proteger la fauna desde Puerto Valdivia hasta La Mojana, en los caribeños departamentos de Sucre, Bolívar y Córdoba, la situación crítica del río Cauca ha dejado al menos 39.965 peces muertos mientras que 146.894 han sido rescatados y liberados.
“La mortandad de peces que hay es muy grande. Ver el río ahora es como mirar una quebrada (riachuelo)”, dijo a Efe el presidente la Asociación de Mineros y Pesqueros Artesanales de Puerto Valdivia (Ampa), William Gutiérrez.
La imagen de los peces atrapados entre el lodo y las rocas tiene a los habitantes de las poblaciones ribereñas con “dolor” e “incertidumbre” por un daño que parece irreversible y que incluso llevó a pescadores en Caucasia a realizar un funeral simbólico del río Cauca.
“El río está muriendo lentamente”, expresó Gutiérrez, quien manifestó que hidroituango, una central eléctrica que tiene como accionista mayoritario a Empresas Públicas de Medellín (EPM), ha provocado un “daño ambiental que no tiene reparación”.
La Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) trabaja para mitigar los “impactos negativos” de la emergencia que tiene en riesgo los recursos pesqueros, la seguridad alimentaria de los pescadores y la actividad económica de las poblaciones por la “disminución dramática” del caudal del río.
Hidroituango está en emergencia desde mayo pasado debido a diversos problemas geológicos y estructurales que obligaron a EPM a implantar medidas de contingencia como la inundación de la casa de máquinas para evitar que las aguas del Cauca rompieran la presa en construcción.
Recientemente fueron descubiertas fisuras en la casa de máquinas y para vaciarla cerraron las compuertas con el fin de llenar el embalse y luego evacuar el agua por el vertedero, por lo cual la empresa calcula que este viernes se “normalizará” en forma gradual el flujo al río Cauca.
Según EPM, sus ingenieros proyectan tener el domingo en la noche un vertido de 450 metros cúbicos por segundo que corresponde al “caudal ecológico” calculado por las autoridades para mantener vivo al río.
Entretanto, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, calificó hoy de “muy grave” la afectación ambiental al concluir un recorrido por Tarazá, Cáceres, Puerto Valdivia y Caucasia, donde además identificó un problema de desempleo “muy grande”.
Pérez señaló que los pequeños mineros no pueden trabajar en un río hecho “un nudo piedras” del que no pueden extraer el oro, informa Efe.
“Acá no solo hay un impacto ambiental muy grave y muy delicado, sino también dolor y sufrimiento en la gente (…) en Cáceres tenemos unos pozos con miles de pescados que se están muriendo”, declaró Pérez a periodista.