La deforestación en Colombia para 2018 alcanzará entre 260 y 280 mil hectáreas, una situación que dispara la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el país.
Así lo dio a conocer el ministro de Ambiente Ricardo Lozano durante la presentación del Segundo Reporte Bienal de Actualización de cambio climático ante la Convención de Naciones Unidas en Bogotá.
Esta cifra representa un aumento respecto a las 219.973 hectáreas de bosque perdidas el año pasado y las 178.597 hectáreas de superficie boscosa deforestada entre 2015 y 2016.
Lozano señaló su preocupación por este escenario y afirmó que se está trabajando en los territorios bajo “lineamientos de la legalidad, apoyo al emprendimiento social”, pactos con comunidades para disminuir la pérdida de bosques, además de tareas con la Fuerza Pública, el Ministerio de Justicia y el Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación, entre otras estrategias.
“En Colombia desafortunadamente el principal problema que tenemos es la deforestación, la degradación de tierras, la pérdida de nuestro activo público, la invasión y apropiación de tierras en nuestros parques naturales. Es lo que más nos preocupa”, dijo Lozano.
Solo el acaparamiento de tierras (a través de incineración de superficies boscosas y ganadería, entre otras) representa casi el 48% de la deforestación en todo el país, sumado a otros delitos como tráfico ilegal de especies y de madera.
La directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), Yolanda González, confirmó que entre las zonas más afectadas están el anillo de Amazonas, Putumayo, Caquetá y Meta que va avanzando hacia el centro y afectando especialmente los Parques Nacionales Naturales Tinigua y La Macarena; la zona del Catatumbo; los Montes de María (en el Caribe); el Parque Nacional Paramillo (entre los departamentos de Antioquia y Córdoba) y el Chocó.
“Estos siguen siendo nuestros núcleos de deforestación, que siguen avanzando y que se han incrementado en los últimos meses”, dijo González.
Las consecuencias “nos afectan a todos en el planeta, porque cuando se aumentan los parches de deforestación, se desequilibra el balance hídrico y el ciclo hidrológico”, añadió.
La directora del Instituto fue más específica y explicó que si se deforesta, los efectos son múltiples: “cambia el nivel de los ríos, el volumen de precipitación, aumenta la radiación, se daña el hábitat de especies endémicas (propias de cada región), se afecta la biodiversidad del país generando que muchas especies se tengan que trasladar a otras áreas sin las condiciones necesarias para vivir, se perjudican corredores biológicos. Tampoco asciende la humedad y la alta montaña se puede ver afectada, incluidos páramos y glaciares”.
“Si logramos frenar los incendios forestales, causados por manos criminales que prenden fuego a selvas como las del Guaviare o la Amazonía (…), logramos parar un poco esa tendencia”, añadió el Ministro de Ambiente, informa Anadolu.
El reporte también incluye el último Inventario Nacional de Emisiones de Gases Efecto Invernadero, construido con los actuales estándares internacionales del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), máxima autoridad mundial en la materia.