El vicepresidente, Óscar Naranjo, afirmó que hay una “preocupación seria” en el Gobierno por las disidencias de las Farc que, según algunos cálculos, son ya cerca de un millar.
“Evidentemente es una preocupación y es una preocupación seria”, dijo Naranjo en un encuentro con corresponsales extranjeros.
Naranjo explicó que antes de la firma de la paz con las FARC esa guerrilla estaba en 265 de los más de 1.100 municipios de Colombia y en la actualidad los disidentes que no acataron el acuerdo están en 41 municipios lo que sin embargo no resta gravedad a la situación.
“Hay que intensificar las acciones en esos 41 municipios”, dijo el vicepresidente, quien añadió que el porcentaje de disidentes de las Farc es del orden del 6 % de los militantes de la antigua guerrilla, un número bajo en comparación con procesos de paz similares de otras partes del mundo.
El pasado 1 de marzo el jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el país, Christoph Harnisch, señaló que los disidentes de las FARC, cuyo número no precisó, son ya un nuevo actor del conflicto armado colombiano porque como grupo “tiene armas, participa en economías ilegales y por lo que sabemos impide la implementación del acuerdo de paz”.
Según Naranjo, este fenómeno tiene como “punto de motivación el narcotráfico que está en el centro” del conflicto colombiano y que promueve los cultivos ilícitos, factor que también influye en el alto número de asesinatos de líderes sociales y de exguerrilleros de las Farc.
“Los cultivos ilícitos son un fenómeno transversal de los asesinatos de líderes sociales” porque generalmente en los lugares donde se han cometido estos crímenes hay también esta actividad ilegal, explicó.
El vicepresidente consideró “una contradicción enorme” que mientras la tasa de homicidios en el país está en su nivel más bajo en 42 años, en parte gracias al acuerdo de paz con las Farc, “se esté registrando un incremento de asesinatos de líderes sociales”.
Un informe de la ONG Programa Somos Defensores reveló la semana pasada que 106 líderes sociales fueron asesinados en 2017 en Colombia, cifra que supone un aumento del 32,5 % en comparación con 2016.
Pese a ello, Naranjo rechazó que esta ola de asesinatos sea algo “sistemático”, como reconoció la Fiscalía, pues ese criterio se aplica para “delitos de genocidio y de lesa humanidad” y que responda a una política, un plan de ejecución y a un determinador, entre otras variables, lo que no ocurre en el caso colombiano.
El funcionario dijo que desde la firma de la paz, el 24 de noviembre de 2016, han sido asesinadas en el país 56 personas relacionadas con las Farc, de las cuales 42 eran exguerrilleros.
Los otros 14 eran familiares de ellos o personas vinculadas al partido político de la antigua guerrilla.
Como autores de esos crímenes señaló a la banda criminal de origen paramilitar Clan del Golfo, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln), y a mafias locales, informa Efe.
En ese sentido calificó de “triste” que “el Eln esté asesinando excombatientes de las Farc”.