Los negociadores de Londres y Bruselas afrontan la recta final de las conversaciones del “brexit” con un calendario ajustado y el objetivo de resolver capítulos del texto que no han gustado a los Estados miembros y sobrevuelan la cumbre del domingo, como las dudas que mantiene España sobre Gibraltar.
El Gobierno español considera que el texto no es suficientemente claro sobre la última palabra de España en cualquier acuerdo entre la Unión Europea y Reino Unido respecto al Peñón, una garantía que sí que había quedado recogida en previas conclusiones de cumbres europeas.
Aunque los servicios jurídicos del Consejo Europeo han asegurado a España que el acuerdo tal y como está planteado no les genera dudas, España quiere evitar futuras interpretaciones jurídicas divergentes sobre el texto actual y prefiere tener un documento vinculante con la misma fórmula empleada en documentos anteriores de los Veintisiete.
Además, varias fuentes diplomáticas confirman que el artículo que resulta problemático para España, el 184, apareció por primera vez el miércoles de la semana pasada, una vez se conoció que Reino Unido había dado su visto bueno al texto preliminar de los negociadores, y no es una modificación de uno anterior.
España planteó sus recelos sobre Gibraltar al resto de los Estados miembros el lunes, 19 de noviembre, en una reunión de representantes de los Veintisiete para preparar la cumbre extraordinaria del próximo domingo.
Los negociadores intentarán durante esta semana resolver los desacuerdos restantes, no solo en Gibraltar sino también en capítulos como la pesca que son problemáticos para más países, si bien son reticentes a abrir el texto final al que ha dado luz verde ya el Gobierno de Reino Unido, que refleja un “equilibrio frágil” entre la posición de ambas partes.
Varias capitales han mostrado solidaridad con la situación planteada por España y respaldan encontrar una solución en este sentido, sin que ello implique reabrir el acuerdo.
Fuentes diplomáticas también contemplan que esta garantía jurídica se pueda incluir como un anexo al acuerdo de retirada, pero siempre en un documento legalmente vinculante, informa Efe.
En cualquier caso, todas las reticencias de los Estados miembros deberán quedar resueltas antes del domingo 25 de noviembre, cuando se ha convocado una cumbre extraordinaria a Veintisiete para que los líderes puedan dar su apoyo político al acuerdo de retirada y la declaración política sobre la relación futura entre ambos bloques.