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“Cuando hay algo que es noticia, tarde o temprano acaba teniendo su versión porno”. La industria del entretenimiento para adultos ha hecho de la pandemia una oportunidad. Mientras miles de trabajadores de la cultura y el espectáculo sufren el parón económico, el porno tira de imaginación para cambiar su modelo, exprimiendo los videos caseros y adaptando su contenido a una distopía convertida en realidad.
No hace falta mucho esfuerzo para encontrar esta adaptación en tiempo récord, que ha provocado también que páginas como Pornhub haya abierto su contenido premium en todo el mundo mientras dure la cuarentena, cuando el término coronavirus tiene ya 9 millones de búsquedas solo en esta web.
Varios portales cuentan desde hace días con secciones propias en las que pueden encontrarse videos donde los protagonistas visten mascarillas u otro material sanitario bajo sugerentes títulos haciendo referencia a la enfermedad.
“Cuando hay algo que es noticia, tarde o temprano acaba teniendo su versión porno, del mismo modo que tarde o temprano aparecerá en las películas, la literatura, las series, la música…”, cuenta a Efe Daniel Casado, jefe de contenidos de Techpump, que engloba varios negocios, entre ellos la página web porno Cumlouder.
En el análisis coincide Juan Bustos, uno de los pioneros de este negocio en Colombia, quien gestiona varios portales y apunta al aumento de la oferta y la demanda de porno a través de ‘webcam’: “Se ha disparado un 300 % el aumento de solicitudes -para trabajar en las plataformas- y se va a duplicar el número de modelos de ‘webcams’ en 3 meses”.
De acuerdo con el empresario, “una modelo en Colombia factura en promedio unos 1.000-1.500 dólares en un mes”, aunque los ingresos pueden llegar a 3.000 y 5.000 según su popularidad. Y no todo tiene que ser “en tiempo real”, pues el coronavirus puede alterar por completo la producción del porno.
“Hay interesados en grabarse con su teléfono y venderlo directamente en internet, ya como otra salida”, explica Bustos.
En el portal Pornhub, con más de 10 millones de inscritos y 120 millones de visitantes diarios, los vídeos caseros subidos directamente por modelos han aumentado el 30 %, al tiempo que la web ha garantizado que sus protagonistas recibirán todos los ingresos generados durante el mes de abril, según datos a los que ha accedido Efe.
Desde que la web abriera su servicio “premium”, su tráfico ha aumentado hasta el 18,5 % en todo el mundo, con su mayor pico diario en España, 61 %, e Italia, 57%.
Mientras millones de personas en todo el mundo viven sin salir de casa, el consumo de porno sigue su ascenso imparable. Y no importa que el confinamiento les reste privacidad, en muchos casos rodeados de familiares, parejas o compañeros de piso, el consumo sigue aumentando.
Para el psicólogo y sexólogo mexicano Luis Falcón, esta tendencia podría entenderse como una búsqueda de afecto y relación con otros cuerpos.
“Las prácticas sexuales son depositarias de muchos afectos y actitudes que deseamos experimentar a través del ejercicio de nuestras fantasías, la relación con otros cuerpos (o nuestro cuerpo) y los objetos”, explica a Efe.
“¿Qué está haciendo que la producción y el consumo de expresiones gráficas de la sexualidad como el porno vayan en alza por estos días? ¿Será que nos calienta más la situación de peligro sanitario?”, se pregunta antes de zanjar: “En absoluto, tanto la risa como el sexo son metabolizadores del dolor”.
En ese sentido, este sexólogo quiere eliminar cualquier ápice de culpa que puedan sentir aquellas personas que consumen porno estos días (o en cualquier momento): “Todo lo que somos capaces de sentir está bien y las formas que encontramos a nuestro alcance son las mejores y las más adecuadas. Solo quien vive su práctica sexual puede reportar si le genera problema”.
“En el campo de la sexualidad no existen términos de ‘normalidad’ o ‘anormalidad’, no hay ‘mucha masturbación’ o ‘ver mucha pornografía’ -enfatiza-. Si la práctica sexual que estamos ejerciendo cubre las necesidades biológicas y/o psicológicas personales sin dañar a terceros, adelante”. EFE