Episcopado confía mediación de El Vaticano para liberar monja colombiana

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La Conferencia Episcopal aseguró que confían en la mediación de El Vaticano para lograr la liberación de la monja Gloria Cecilia Narváez, secuestrada desde el 7 de febrero del año pasado por un grupo yihadista del norte de Malí.

“La Iglesia siente alegría porque sabemos que está viva y porque tenemos una prueba de que tiene de alguna manera la capacidad de mandar un mensaje y mostrarse como está en este momento y esto es positivo”, dijo en un comunicado el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero.

La religiosa imploró a través de un vídeo de publicación reciente al papa Francisco para que interceda por su liberación.

En ese sentido, monseñor Álvarez afirmó que Francisco siempre ha tenido “en su mente, en su corazón y en sus plegarias el caso de la hermana Narváez”.

Añadió que ahora estará más presente dada esta petición explícita para que se pueda hacer lo necesario por su libertad.

Explicó que las actividades diplomáticas de la Santa Sede se dirigen desde la Secretaría de Estado, a través de la Sección para las Relaciones con los Estados, esta oficina es la que cobija todas las relaciones diplomáticas de El Vaticano con los Estados del Mundo

“Desde allí donde se puede garantizar la eficacia con que El Vaticano podrá establecer eventuales contactos para mirar la situación actual de la religiosa y así poder actuar (…) el papa Francisco ha encargado personas para que le hagan un seguimiento especial a este caso”, agregó monseñor Álvarez.

La canciller colombiana, María Ángela Holguín, aseguró ayer que el grupo yihadista del norte de Malí que tiene secuestrada a la religiosa colombiana pidió un rescate para su liberación.

En este sentido, comentó que el manejo del caso está en manos del Ministerio de Defensa que tiene a un general al cargo de la situación.

Ese alto oficial, cuyo nombre Holguín no detalló, ha estado en Mali para conocer información de primera mano, informa Efe.

La monja, de 56 años, fue secuestrada el pasado 7 de febrero en una zona próxima a la localidad de Koutiala, en el sur de Malí, cerca de la frontera con Burkina Faso.