Froome teme a Urán, Colombia confía en Quintana

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Una nube de banderas colombianas rodea al autobús del Movistar en medio gritos de “¡Nairo, Nairo!. Al lado, el del Cannondale de Rigoberto Urán está calmado, sin que nadie ensalce al cuarto de la general.

Los colombianos mantienen la fe en el de Boyacá pese a que el Tour de 2017 parece haberle dado la espalda. Incluso el líder, el británico Chris Froome, considera ya una amenaza mayor al de Antioquía.

“Urán ha hecho una gran carrera hasta hoy. Voy a considerarle como una amenaza para el amarillo, si ataca no le dejaré espacio”, dijo el maillot amarillo que, sin embargo, no evaluó la amenaza que supone Quintana.

Froome situó a Urán al mismo nivel que el italiano Fabio Aru, segundo a 18 segundos, y al francés Romain Bardet, tercero a 51.

El ciclista del Cannondale está a 55 segundos de Froome; Quintana a 2.13. Ambos tienen que contar con la contrarreloj del penúltimo día en Marsella, donde perderán tiempo con el británico.

Quintana, que ha subido al podium en sus tres participaciones en el Tour, reconoce que le faltan fuerzas para rivalizar con los favoritos. Urán, nunca ha terminado entre los 20 primeros la ronda gala, afirma que está concentrado para “hacer bien este Tour”.

El primero llegó con ambiciones de campeón y como uno de los principales favoritos, pero sus espectativas se han reducido y él mismo reconoce que ahora depende más “del querer que del poder”.

El Giro de Italia, donde fue segundo tras el holandés Tom Doumolin, parece haber mermado sus fuerzas y haber acabado con su frescura, con el golpe de pedal que le permite estar con los mejores.

En el Movistar tampoco desbordan confianza y solo su compañero y compatriota Carlos Betancur traiciona la prudencia cuando asegura que siguen con el objetivo de ganar el Tour.

Urán también programó su temporada para estar al cien por cien en el Tour y se niega a ponerse una meta. Que sea la carretera la que la fije. Ganó la etapa reina el pasado domingo, tras vencer en el “sprint” de los favoritos.

El colombiano ya sabe lo que es subir al podium de una grande, puesto que fue segundo del Giro en 2013 y 2014.

La afición, sin embargo, mantiene su fe en el de Boyacá. “Es más fuerte en montaña y creo que se recuperará”, señala Eduardo, que ha vendido desde Colombia para seguir lo que queda de Tour.

Unos días en la cuneta y otros, como hoy en Bergerac, en la meta, blandirán las banderas adornadas con el nombre de su ídolo.

No sabía que Urán estaba en el autobús de al lado. Apoyo a todos los colombinos, aunque creo que Nairo es el mejor”, asegura Isabel, que vive desde hace años en la localidad que acoge el final de la etapa.

Nairo, el rostro serio, asoma la cabeza en la puerta del autobús del Movistar para agradecer el apoyo a su nube de incondicionales, que se agolpan a la puerta dificultando el trabajo de los auxiliares, obligados a esquivar a la masa para guardar las bicicletas.

Apenas tres metros más lejos Urán atiende tranquilo a un grupo de periodistas. Está sonriente y desborda confianza, aunque sabe que el Tour se pierde en cualquier curva.

En una de esas se instalará mañana Rodolfo con su familia. Lucen camisetas de “Boyacá con Nairo”. Llegaron hace dos días a Francia para alentar a Quintana.

“Nada está perdido. Estoy seguro de que va a atacar. Creo que está haciendo una táctica para que Froome no se fije tanto en él”, comenta. Si es así, por el momento le está saliendo bien.

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