La conservación del cóndor andino, un ave de la que apenas quedan 104 unidades y que está en riesgo de extinción en Ecuador, se ha convertido en una prioridad para este país, que desde 2009 trata de evitar que ese emblemático animal desaparezca de su hábitat milenario.
“Estimamos que (la población actual) es de 104 cóndores, y no ha subido mucho (en los últimos años) porque para alcanzar la edad reproductiva deben pasar ocho desde que nacen”, dijo a Efe Santiago Silva, director nacional de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente.
Ecuador conmemora hoy el Día del Cóndor Andino, una jornada que fue establecida en 1991 para concienciar de los peligros que se ciernen sobre el emblemático ave, símbolo del escudo nacional del país.
Ave carroñera que se caracteriza por su gran tamaño, con hasta 3 metros de envergadura alar, el cóndor andino ha sufrido los embates de la acción humana en los últimos siglos, lo que en 2009 dio impulso a una campaña de conservación dirigida desde el Ministerio de Ambiente.
Silva explicó que el cóndor se ha visto afectado básicamente por “la destrucción de su hábitat” y también por un problema de “cacería y envenenamiento”.
“Había la equivocada creencia de que el cóndor atacaba a animales vivos (cuando la realidad es que) el cóndor sólo ataca a becerros recién nacidos cuando no tiene disponible carroña. (Por ello) los ganaderos los cazaban y envenenaban, pero es una práctica que hemos ido erradicando”, asevera el funcionario.
Hace dos años, el primer recuento nacional de la especie identificó 70 dormideros, donde se estima que habitaban entre 94 y 102 aves.
La iniciativa se desarrolló en 27 cantones (municipios) de once provincias, con la colaboración de 163 observadores, entre personal técnico, guardaparques y numerosos voluntarios, según el Ministerio.
Pero las medidas adoptadas no parecen suficientes para garantizar la supervivencia a corto plazo de la especie en Ecuador, donde el nivel de alerta de extinción, según los criterios internacionales empleados, es de “peligro crítico”; a nivel regional, no obstante, es de “casi amenazado”.
“Es un animal característico de toda la región sudamericana, en Argentina es una ave muy especial y al ser andina es muy emblemática”, defiende.
Su población en Suramérica se distribuye desde el norte de Colombia y el oeste de Venezuela a lo largo de la cordillera andina en Ecuador, Perú y Bolivia hasta Tierra de Fuego en Argentina y Chile.
Pese al reducido número de aves en Ecuador, Silva se muestra confiado de los logros de los últimos años, porque el 65 % del total de la población existente son aves ya adultas y del estudio de 2015 se dedujo la existencia de 26 parejas potencialmente reproductivas.
El 35 % restante corresponde a cóndores jóvenes y crías, un criterio que, a su juicio, da lugar al “optimismo”.
Amen de declarar una jornada especial, en los últimos años el Gobierno ecuatoriano ha introducido también todo tipo de medidas destinadas a su protección, entre ellas el control de la cacería (en teoría prohibida desde enero de 2000), la identificación y protección de nidos y dormideros; y un proceso de reeducación ambiental en haciendas, escuelas y comunidades campesinas de los páramos en los que habitan estos animales.
También ha fomentado la reproducción en cautiverio y hasta el 2012 cuatro polluelos nacieron en esas condiciones, dos en el antiguo zoológico de un colegio militar y otro en el de Guayllabamba (provincia de Pichincha).
“El año pasado liberamos tres que estaban en cautiverio. (Nos) hemos cuidado de liberarlas en espacios tradicionalmente de tránsito de cóndores, donde sabemos que hay animales andinos como llamas o presencia de ganado”, agrega Silva, quien advierte que todas estas medidas han tenido un efecto de concienciación popular.
“El compromiso en la ciudadanía hace que hasta ganaderos sacrifiquen algún animal para alimentarlos”, sostiene, informa Efe.
El cóndor se caracteriza por ser una especie monógama, lo que sumado a su baja tasa de reproducción y factores derivados de la intervención del hombre, provocaron su merma.