El Laboratorio de Innovación Ciudadana por la Paz concluyó en Pasto luego de doce días de trabajo, que dieron lugar a soluciones concretas a problemas de las comunidades de la zona afectadas por el conflicto armado y un mensaje de esperanza por la paz de Colombia.
Un total de 120 ciudadanos de catorce países desarrollaron durante este tiempo diez proyectos, elegidos entre cientos, que tenían como objetivo contribuir a la paz de Colombia y fueron aplicados en el departamento de Nariño, del que Pasto es la capital.
Esta es la cuarta edición del laboratorio, organizada por la Secretaría General Iberoamericana, la Alta Consejería para el Posconflicto y la Gobernación de Nariño, después de las realizadas en Veracruz (México), Río de Janeiro (Brasil) y Cartagena de Indias (Colombia).
Las diez iniciativas estuvieron basadas en algunas cuestiones principales del posconflicto, como la protección de los derechos humanos y la convivencia.
Algunas de ellas fueron la creación de prótesis personalizadas, fabricadas en máquinas de impresión 3D, para dos víctimas de minas antipersona o un “atrapanieblas” casero para conseguir agua potable sin dañar el medio ambiente, reporta Efe.
En el cierre del laboratorio, en el que los participantes y comunidades mostraron lo resultados de los proyectos, la titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), Rebeca Grynspan aseguró que esta experiencia “demuestra la vocación del Gobierno colombiano de construir paz desde la ciudadanía”.
Por su lado, el Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, afirmó que los proyectos “tienen el potencial de cambiar muchas vidas” y “contribuir” a que Colombia sea “un mejor país”.