Líderes del campo y la minería critican que el Gobierno no busque una auténtica paz en el país que incluya también a los sectores menos favorecidos tradicionalmente y lamentan que las reclamaciones en ese sentido sean “reprimidas”.
La dirigente de la asociación Corporación Sembrar Gladys Rojas Sierra y el dirigente agrominero Narciso Beleño Belaides explicaron los pros y contras del proceso de paz entre el Ejecutivo y la guerrilla de las Farc culminado hace casi un año, mientras en la actualidad se desarrollan las negociaciones con la guerrilla del Eln.
Ambos se felicitaron por el acuerdo, que puso fin a más de medio siglo de conflicto armado en Colombia porque eso supone salvar vidas y abrir nuevas expectativas, pero advirtieron de que, más que pretender la paz, lo que ha hecho el Gobierno es promover “la pacificación, que es distinto”, en palabras de Narciso Beleño.
“Es la pacificación no sólo con la guerrilla, sino también de los movimientos sociales y todo lo que hace (Santos) va dirigido a eso, no a construir una propuesta de paz”, en opinión de Beleño, quien añadió que el Gobierno “no está interesado en ver las necesidades de cada región”.
En palabras de Gladys Rojas es “incoherente y contradictorio que el Gobierno gaste más en defensa y armamento que en inversión social”, una actitud que acompaña al hecho de que “se criminaliza la protesta social, cualquier iniciativa de reclamar derechos es reprimida”.
Al mismo tiempo hay “judicialización” contra líderes sociales, a los que en ocasiones se vincula con grupos guerrilleros y también son objetivo de los paramilitares, hasta el punto de que, según estos líderes, más de medio centenar de activistas han sido asesinados en el último años, reseña Efe.
Según Rojas, el Gobierno niega la presencia de paramilitares, pero están presentes en algunas zonas del país para “garantizar rutas para el narcotráfico o dedicarse a la persecución de dirigentes sociales”.
Uno de los puntos principales de las negociaciones de paz fue el de la distribución y el uso de la tierra.