Cientos de miles de personas marcharon hoy en Cuba para celebrar el Día del Trabajo en una jornada en la que las reivindicaciones laborales estuvieron ausentes y todo el protagonismo lo cobró el mensaje de respaldo al nuevo presidente, Miguel Díaz-Canel, y a la vigencia del legado revolucionario.
El mandatario, acompañado de su predecesor, Raúl Castro, todavía primer secretario del todopoderoso Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), presidió el acto central celebrado en la Plaza de la Revolución de La Habana, por donde desfilaron -según fuentes oficiales- unas 900.000 personas, con más presencia de jóvenes que otros años.
Con camisa blanca, una gorra con los colores de la enseña nacional y agitando una pequeña bandera cubana en la mano, Díaz-Canel siguió el desfile de dos horas de duración junto a Castro, vestido de uniforme militar y tocado con gorro de “guajiro” (campesino), una estampa con un claro mensaje: continuidad.
La celebración, una de las más multitudinarias que tienen lugar en Cuba cada año, comenzó a las 7.30 (11.30 GMT) para evitar las horas de mayor impacto del intenso sol caribeño, aunque los asistentes empezaron a congregarse de madrugada en los puntos de concentración, reporta Efe.
Siguiendo la pauta marcada por su antecesor en la última década, el nuevo gobernante, que asumió el cargo el pasado 19 de abril, no habló y cedió el protagonismo verbal al máximo líder sindical del país, Ulises Guilarte, secretario de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC, único sindicato permitido).