La empresa Micron Technology invertirá millones de dólares para ampliar la capacidad de fabricación e investigación de semiconductores en el país.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció que la empresa Micron Technology, especializada en chips de memoria, invertirá 200.000 millones de dólares para ampliar la capacidad de fabricación e investigación de semiconductores en el país.
Micron es el único fabricante con sede en EE.UU. de chips DRAM avanzados, que son claves para tecnologías como la inteligencia artificial, la computación de alto rendimiento o los vehículos autónomos.
Tras este acuerdo con la Administración estadounidense, la compañía construirá una segunda planta de última generación en Boise (en el estado de Idaho) y ampliará su fábrica en Manassas (en Virginia) para trasladar tecnología clave actualmente producida en Taiwán.
Además, contempla construir hasta dos nuevas fábricas en el estado de Nueva York.
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Actualmente, el 100 % de la producción global de DRAM de vanguardia se realiza en el extranjero, especialmente en Asia Oriental, lo que para EE.UU. supone un riesgo estratégico.
“El presidente Trump ha dejado claro que el momento de construir en Estados Unidos es ahora”, afirmó el secretario de Comercio, Howard Lutnick, en un comunicado. “La inversión de Micron asegurará el liderazgo estadounidense en sectores críticos como la inteligencia artificial, la automoción o la defensa, y lo hará a una escala que garantizará la supremacía tecnológica del país durante décadas”.
Según aseguró el Departamento, estos tres proyectos crearán 90.000 puestos de trabajo
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El pasado mes de diciembre el Departamento de Comercio de la Administración de Joe Biden (2021-2025) otorgó una subvención de 6.165 millones de dólares para fabricar chips con el objetivo de potenciar la producción de esos componentes en los estados de Nueva York, Idaho y Virginia.
Durante la campaña electoral, Trump criticó este programa de ayudas y dijo que él prefería imponer aranceles a las importaciones de semiconductores para fomentar la fabricación local, una medida que podría impactar especialmente a China, el principal competidor de EE.UU. en el sector.
EFE
