Por FREDDY SERRANO DIAZ
Consutor y Estratega Politico
Una nueva generación de líderes “centennials”, incurre en el escenario político mientras los “milennials” hoy con determinaciones más maduras y los de siempre, desprevenidos, pareciéramos no entender que muchas cosas están por cambiar o ya cambiaron.
Son atrevidos, audaces, disruptivos e incluso desconsiderados a juicio de los mayores, los jóvenes políticos comienzan a interesarse por buscar votos para sí mismos y no para otros. Por su parte, uno que otro experimentado adulto mayor hace lo propio, mientras la diversidad de género, la minoría étnica y el que se proclama influenciador del show aparecen también, cada uno con un sello que advierten, es propio.
Es un nuevo mercado electoral donde hay de todo y para todos, un escenario de retos que pretende apartarse de lo tradicional, ser menos de lo mismo, poco aburrido y donde sin duda también se necesita financiación para hacer posible que los propósitos se cumplan.
Construir estrategias para este mercado sobresaturado de contenido y donde pareciera que todo se ha visto, puede parecer sencillo, pero demanda una particular mezcla de cordura, tiempo y en esencia pasión; conectar con las personas es encontrar lugares comunes y evitar juicios de valor; por lo general: “no quieren que digas que eres bueno, simplemente debes serlo”, tus actos han de gritar lo que las palabras deben callar.
He aquí el nuevo mercado electoral, ese donde las campañas legalmente son de tres meses, tiempo récord para desenvolver todo un potencial
comunicativo de camino al objetivo, ejercicio que calladamente se acompasa con uno o dos años de anticipación cuando realmente comienza el ejercicio, avanzando en lo que no se logra de la noche a la mañana.
Las clases de ética política corresponden a tratadistas, las de moral a la educación familiar, las de creación de contenidos a una creatividad por explotar, no por enseñar, las de administración a docentes en gerencia y las de estrategia a quienes mostramos cómo se investiga y potencializa, es un nuevo escenario de infinitas posibilidades que entiende también nuevos retos.
“Ya no hay espacio para más de lo mismo, todo se vale o no se vale, hay que entender como se desenvuelve el mundo de hoy”.
