El Ejército Nacional ha ordenado a sus soldados duplicar el número de muertos criminales y rebeldes y eso está poniendo en riesgo vidas civiles con un patrón similar a la práctica de los “falsos positivos” de mediados de la década de los 2000, según publica este sábado The New York Times.
El diario, que ha revisado órdenes escritas y entrevistado a altos oficiales, señala que el Gobierno de Iván Duque está ejecutando “otra encarnación de esa política” que se dio durante la guerra con las Farc y en la que los soldados cometieron asesinatos generalizados y desapariciones civiles para cumplir cuotas.
Hay una orden para que los militares no “exijan perfección” al matar, ni siquiera si tienen dudas sobre el objetivo del ataque, y algunos militares han señalado que eso implica desproteger a inocentes y ya ha ocasionado muertes sospechosas o innecesarias.
El NYT sostiene que este año ha comenzado a surgir un “patrón” de asesinatos sospechosos y encubrimientos, y según entrevistas con dos oficiales, en una reunión un general ordenó a los comandantes “hacer lo que sea” para mejorar sus resultados, abriendo la puerta a “aliarse” con grupos criminales armados para obtener información.
A los soldados que aumentan su número de muertes en combate se les ofrecen incentivos como vacaciones extra, dijeron los oficiales bajo condición de anonimato, y uno de ellos afirmó: “Hemos regresado a lo que estábamos haciendo antes”, informa Efe.
El NYT señala, citando a la ONG Human Rights Watch, que Martínez es un oficial vinculado a los asesinatos de mediados de la década de los 2000 conocidos como los “falsos positivos”, de entre nueve altos cargos nombrados por el presidente Duque, pero él asegura que ni participó en los homicidios ni está siendo investigado.