Walter Patricio Arizala Vernaza, alias “Guacho”, el sanguinario líder de una disidencia de las Farc abatido, estaba en el punto de mira de Colombia y Ecuador desde comienzos de este año acusado de secuestrar a cinco ecuatorianos, entre ellos tres miembros del diario quiteño El Comercio.
La carrera delictiva de “Guacho” acabó este viernes gracias a la “Operación David”, en la que militares y policías llegaron hasta la vereda de Peña Caraño, en la zona de Llorente, que hace parte de Tumaco, el municipio de que tiene más hectáreas sembradas de coca, donde lo mataron a tiros junto con uno de sus hombres.
“Podemos confirmar que alias ‘Guacho’ cayó en una operación. Ha sido abatido por los héroes de Colombia”, dijo hoy el presidente de Colombia, Iván Duque, en una declaración desde Medellín en donde estuvo acompañado del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, y del ministro de Defensa, Guillermo Botero.
La violencia, el dinero obtenido por el narcotráfico y la experiencia que acumuló en las Farc le sirvieron a Arizala para ser el criminal más influyente y temido en parte de la frontera entre Colombia y Ecuador, zona que conocía a la perfección y que le permitió escapar de varias operaciones militares.
El abatido jefe de las disidencias de las Farc había nacido hace 29 años en la localidad de Limones, que hace parte de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, en donde trabajó como comerciante minorista hasta que en julio de 2007 fue reclutado por la hoy desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
En las filas de las Farc “Guacho” estuvo 11 años desde que ingresó al Frente 29 de la entonces guerrilla y se convirtió en cabecilla de finanzas de la columna móvil “Daniel Aldana”, de la que posteriormente fue su cabecilla principal.
Durante las negociaciones de paz del Gobierno con las Farc Arizala estuvo concentrado en la Zona Veredal Transitoria de Normalización de El Playón, a unos pocos kilómetros de Tumaco, en el departamento limítrofe de Nariño.
Sin embargo, a comienzos de 2017 por desacuerdos con Henry Castellanos Garzón, alias “Romaña”, desertó y creó el autodenominado “Frente Oliver Sinisterra”, y se convirtió en la cara visible de las disidencias, según las autoridades.
En su extenso prontuario delictivo a “Guacho” se le acusaba, entre otros crímenes, del secuestro y posterior asesinato en abril pasado del periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, integrantes de un equipo periodístico del diario ecuatoriano El Comercio.
También se le atribuye el asesinato de Katty Velasco Pinargote y Oscar Villacís Gómez, una pareja de ecuatorianos que fue secuestrada en abril pasado cuando se desplazaban por la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia.
Además, fue el responsable del ataque, en mayo de 2013, al Batallón de Infantería de Marina No. 40, en el que murió un infante y otros cuatro quedaron heridos, entre ellos dos suboficiales.
Asimismo en octubre de 2017 perpetró el ataque contra erradicadores de matas de coca en Puerto Rico, zona rural de Tumaco, en el que fueron asesinados seis campesinos y 16 más resultaron heridos.
Su ataques no solo los perpetró en Colombia pues en enero de este año dirigió el atentado con un carro-bomba contra la estación de la Policía ecuatoriana en San Lorenzo (Esmeraldas), que dejó 28 heridos.
Las autoridades detallan que la actividad delictiva de “Guacho” se cobró la vida de 15 personas, en acciones desarrolladas en Colombia y Ecuador.
Otra forma con la que intentó demostrar su fuerza fue con atentados contra la infraestructura eléctrica de Tumaco, en donde más de una vez gran parte de sus 200.000 pobladores quedaron a oscuras por cuenta de la destrucción de torres de transmisión eléctrica.
Todas esas acciones delictivas hicieron que “Guacho” se convirtiera en un objetivo de alto valor para Colombia y Ecuador, cuyos gobiernos ofrecían hasta 700 millones de pesos de recompensa por información sobre su ubicación, informa Efe.
Por su peligrosidad, “Guacho” tenía dos circulares rojas de la Interpol en su contra y tres órdenes de captura por los delitos de homicidio y concierto para delinquir, según la Fiscalía.