El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Paul Ryan, rechazó cualquier tipo relativismo sobre supremacistas blancos y neonazis, tras la ambigua reacción del presidente Donald Trump ante los episodios violentos del pasado día 12 en Charlottesville (Virginia).
“Las condenas inmediatas de izquierda, derecha y centro afirmaron que aquí no hay confusión entre el bien y el mal. No hay lados. No hay otro argumento. No toleraremos esta odiosa ideología en nuestra sociedad”, dijo Ryan en un comunicado emitido hoy por su oficina.
“Todavía creo firmemente que este odio sólo existe marginalmente. Pero mientras exista, tenemos que hablar de ello. Tenemos que llamarlo así. Y mientras esté armado por el miedo y el terror, necesitamos enfrentarlo y derrotarlo”, agregó el congresista por Wisconsin.
Ryan no quiso caer en los ambages que mostró el mandatario en sus declaraciones tras lo ocurrido en Virginia, donde una joven de 32 años falleció al ser atropellada por un presunto neonazi que participaba en una marcha supremavista y que arrolló con su automóvil una contramanifestación antifascista.
“Es por eso que todos necesitamos dejar claro que no hay relativismo moral cuando se trata de neonazis. No podemos permitir la menor ambigüedad en una cuestión tan fundamental”, insistió.
Trump ha sido duramente criticado por sus palabras, tanto por republicanos como por demócratas y miembros de la comunidad internacional.
“¿Qué pasa con la alt-left (izquierda alternativa) que atacó a lo que usted llama alt-right (derecha alternativa, supremacistas)? ¿Tienen alguna culpa?”, dijo el presidente durante una rueda de prensa en Nueva York un par de días después de los disturbios.
“Hubo un grupo de un lado que fue malo y hubo un grupo del otro lado que también fue muy violento”, agregó Trump, dando marcha atrás a su condena previa al Ku Klux Klan, a los neonazis y a los supremacistas, que llegó forzada por la tibieza de su primera reacción al suceso.
Sin aludir al presidente, Ryan reiteró que aquellos que como él “tienen el privilegio de servir y representar al pueblo estadounidense tienen la obligación de tratar de ir más allá de las pasiones del momento”.
“Por lo tanto, esta no es una cuestión legislativa. Y ciertamente no es política. No se limiten a reducir esto a una de las peleas partidarias del día. Es mucho más grande que todo eso”, afirmó el republicano, reseña Efe.
“Esta es una prueba de nuestra claridad moral”, insistió.