El papa Francisco encontró en el exterior de la Nunciatura de Bogotá a grupos de personas con discapacidades y a ellos les reconoció también: “Yo soy muy vulnerable”.
Francisco regresó a la Nunciatura de Bogotá en su segundo día de visita a Colombia y tras celebrar una misa multitudinaria y allí le esperaban decenas de personas con cantos y bailes.
Un grupo de chicas con síndrome de down y otras discapacidades leyeron su mensaje al papa en el que pedían que la vulnerabilidad sea “considerada una esencia de la humanidad”.
Un papa visiblemente emocionado agradeció a todos “los cantos” y las “cosas lindas” que dijeron y pidió que la vulnerabilidad sea respetada y acariciada y que dé fruto para los demás”.
“Rezar por mí que yo soy muy vulnerable. Todos somos vulnerables”, afirmó Francisco a los presentes, a quienes dio después su bendición.
En esta ocasión ante la Nunciatura estuvieron integrantes de la organización Crecer y de la Fundación Misioneros de la Redención (Fundmir); de la Fundación para la Investigación y el Desarrollo de la Educación Especial (Fides) y de la organización Aspaen.
También estuvo un grupo de ancianos que vive en el hogar gerontológico de la Fundación Voluntariado “Juan Pablo II”, ubicado en el barrio Santa Sofía y miembros de los Retiros de Emaús.
El coro que cantó algunas canciones estaba integrado por 50 universitarias y bachilleres y acompañado instrumentalmente por el grupo “Voz por vos”, integrado por seis jóvenes invidentes, informa Efe.
Además, participaron 10 personas sordomudas que fueron traduciendo con el lenguaje de los signos lo que pasaba.